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Serpientes Parte 3

Artículos

Serpientes Parte 3 de 3

Autores
David Perpiñán
Sonia M. Hernández
Stephen J. Divers

Enfermedad respiratoria
Las serpientes tienen un sistema
respiratorio relativamente simple,
carecen de un diafragma funcional
y la mayoría de las especies
poseen un solo pulmón. Estos factores
tienden a favorecer la retención
de secreciones respiratorias
dentro de los tejidos respiratorios
inferiores, lo que hace que las serpientes
sean particularmente sensibles
a la neumonía grave. El mal
mantenimiento (falta de ejercicio,
ventilación inadecuada, continua
humedad inapropiada y ausencia
de higiene) también predispone a
las serpientes a la enfermedad respiratoria.
La enfermedad del tracto
respiratorio superior no es común
en las serpientes, excepto como
una extensión de la estomatitis.
• Signos clínicos. Incluyen respiración
con la boca abierta,
secreción nasal, ocular u oral
mucopurulenta, secreción de
mucus excesiva, narinas externas
con costras, disnea, postura
anormal (por ej., sostener
la cabeza y el cuello elevados),
aumento de los sonidos respiratorios
y signos de enfermedad
general (anorexia, pérdida de
peso). La frecuencia respiratoria
a menudo se incrementa en las
neumonías y pueden presentarse
movimientos respiratorios
exagerados del cuerpo. En serpientes
con problemas respiratorios
también se pueden observar
bostezos y tos con secreciones.
Con frecuencia existe estomatitis
asociada. La presencia de membranas
mucosas cianóticas conlleva
un pronóstico grave, y la
inhalación de mucosidad y pus
puede causar asfixia. Es preciso
examinar las secreciones para
asegurar su origen respiratorio.
Cuando existe neumonía, los
signos clínicos a menudo no son
detectados por el dueño hasta
que la enfermedad se encuentra
en un estado avanzado.
• Diagnóstico. La radiografía, la
endoscopia, el examen citológico
de los lavados traqueales y
pulmonares y los análisis sanguíneos
y fecales pueden ser útiles
para determinar el diagnóstico
y el pronóstico. Para la auscultación,
es conveniente colocar
una gasa humedecida entre el
estetoscopio y la piel. Los pulmones
y los sacos aéreos pueden
ocupar una longitud considerable
y las lesiones pueden
ser focales; por lo tanto, se pueden
requerir varias placas radiográficas.
El análisis fecal puede
detectar huevos de gusanos del
pulmón (fig. 41). El examen citológico
de un lavado pulmonar
en el consultorio puede guiar el
tratamiento inicial hasta que se
completen las pruebas diagnósticas
adicionales. La endoscopia
a través de la tráquea o de manera
directa dentro del pulmón a
través de un abordaje quirúrgico
es muy útil para confirmar el
diagnóstico y tomar las muestras
para el cultivo y la citología. Se
deben considerar las etiologías
bacterianas, micoplásmicas,
micóticas, virales o parasitarias.
La neumonía bacteriana puede
ser secundaria a un virus, una
estomatitis o la aspiración de un
cuerpo extraño. La neumonía
por aspiración se puede originar
en la regurgitación después de
la alimentación forzada de las
serpientes; es por ello que se
deben tomar los cuidados antes
mencionados.
• Tratamiento. La mayoría de las
enfermedades del tracto respiratorio
inferior están bastante
avanzadas en el momento de
la presentación, es por ello que
los tratamientos deben ser agresivos.
Muchas causas de neumonía
son de origen bacteriano,
principalmente debido a organismos
gramnegativos. Mientras
se esperan los resultados del
cultivo y antibiograma en los casos
de infecciones bacterianas,
se puede comenzar el tratamiento
con cefalosporina (por ej., ceftacidima
20 mg/kg IM cada 72
horas) o una combinación de
aminoglucósido (por ej., amikacina
5 mg/kg IM; luego 2,5 mg/
kg cada 72 horas) y un antibiótico
beta-lactámico (por ej., carbenicilina
400 mg/kg IM cada
24 horas). Se puede intentar
el tratamiento por nebulización
con antifúngicos, antibióticos o
agua filtrada, siempre y cuando
el nebulizador pueda crear una
partícula de 2-4 μm. Debido a
la singular anatomía del sistema
respiratorio de la serpiente, no
se puede esperar que este tratamiento
sea tan útil como en los
pacientes mamíferos. Los niveles
elevados de oxígeno pueden
inhibir la respiración espontánea
en los reptiles; así, si se requiere
terapia de oxígeno, se debe
administrar a concentraciones
no mayores que 30-40% en el
aire, y debe ser entibiado y humedecido.
Los diuréticos y los
mucolíticos también pueden ser
de ayuda, y la fluidoterapia y el
tratamiento de soporte resultan
ineludibles. Las serpientes tienen
dificultad para deshacerse
de las secreciones pulmonares
y traqueales excesivas, de modo
que el ejercicio y los masajes
caudocraneales pueden colaborar.
Se deben limpiar las fosas
nasales para evitar la oclusión.
Las serpientes afectadas deben
aislarse y se debe atender a la
corrección de los problemas de
mantenimiento durante el tratamiento
y después de éste.
Estomatitis
Las infecciones de la cavidad
oral (que también se extienden a la
faringe y al esófago) son una razón
relativamente común de consulta.
La causa por lo general se asocia
con el estrés y con parámetros de
manejo inapropiados (superpoblación,
temperaturas subóptimas,
desnutrición), los que facilitan la
colonización por parte de bacterias
oportunistas, a menudo gramnegativas.
Otros agentes infecciosos
como virus, hongos y micobacterias
también pueden estar implicados.
Además, la estomatitis puede
ser consecuencia de acariasis, enfermedad
ósea metabólica o traumatismo
(por ej., mordeduras por
parte de presas, abrasión rostral).
• Signos clínicos. Abarcan el
ptialismo, la anorexia, la parálisis de la lengua, la regurgitación, el
rechazo de la comida, las encías
hinchadas, la aparición de petequias,
eritema o ulceración de la
mucosa oral (fig. 42). Si sólo hay
faringitis o esofagitis, se puede
observar regurgitación, anorexia
y disfagia. Los casos graves
pueden estar acompañados de
neumonía (por aspiración de
exudados), pérdida de dientes,
infecciones oculares y estomatitis
fibrinonecrótica. La gota
puede producir deposición de
uratos en la mucosa gingival. En
general, la estomatitits comienza
como una alteración gingival y
puede progresar hasta producir
osteomielitis, enfermedad sistémica
y muerte si no se la trata.
• Diagnóstico. La anamnesis y
el examen físico son a menudo
diagnósticos de estomatitis. La
endoscopia es útil para visualizar
la faringe y el esófago. La
radiografía se indica para descartar
la afectación ósea y la
neumonía. Se recomienda efectuar
cultivo (para organismos
aerobios y anaerobios) y antibiograma
de las lesiones. Se debe
realizar un recuento sanguíneo
completo y la bioquímica sérica
para detectar una posible enfermedad
subyacente.
• Tratamiento. Se debe identificar
y corregir la causa subyacente.
Los casos leves pueden tratarse
mediante el simple aumento
de la temperatura ambiente y la
aplicación de pomadas antibióticas
(por ej., sulfadiacina de plata)
en los tejidos afectados. Los
casos más graves pueden necesitar
desbridamiento quirúrgico,
lavado diario de las superficies
gingivales y tratamiento prolongado
con antibióticos sistémicos
sobre la base del cultivo y antibiograma.
Es preciso iniciar el
tratamiento antibiótico contra los
anaerobios y las bacterias gramnegativas
mientras se esperan
si el tratamiento antibiótico no
es para nada efectivo, se indica
una biopsia para descartar
micobacteriosis, neoplasia,
virus o enfermedad fúngica.
Es posible que los animales
afectados no beban o no se
alimenten, por lo que tal vez
requieran fluidoterapia, suplementos
vitamínicos (en particular
de vitaminas A, B y C) y
alimentación asistida. Los analgésicos
(como el meloxicam
o la morfina) pueden aliviar el
posible dolor asociado a esta
condición.
Enfermedad de las ampollas
(dermatitis vesicular)
La enfermedad de las ampollas
por lo común se presenta en las
serpientes mantenidas en lugares
con poca ventilación, humedad
alta y condiciones antihigiénicas.
Se caracteriza por un eritema
temprano de las escamas en sentido
ventral (fig. 43), donde más
tarde se forman vesículas epidérmicas
o ampollas que al principio
están llenas de líquido. La condición
puede progresar hasta producir
úlceras dérmicas, necrosis
y abscesos subcutáneos. Puede
haber septicemia y muerte si no
se establece un tratamiento. La
antibioticoterapia debe basarse
en el cultivo y antibiograma del
material de las ampollas (por lo
general, están implicadas en el
proceso bacterias gramnegativas).
También se recomienda el
lavado a fondo del paciente con
clorhexidina diluida y la mejoría
de las condiciones de conservación
(fig. 44). Durante el tratamiento
se debe mantener a la
serpiente en un ambiente limpio y
seco, con toallas de papel como
sustrato. La prevención implica la
corrección de los problemas de
conservación.
los resultados. El tejido afectado
se debe desbridar e irrigar
con clorhexidina diluida
(0,05%). Los abscesos deben
tratarse de manera quirúrgica,
pero si vuelven a aparecer o
Gota
En la mayoría de los reptiles,
el ácido úrico es el producto final
del metabolismo de las proteínas.
Cuando hay un exceso de ácido
úrico (debido a la sobreproducción
o la reducción de la excreción),
los cristales de urato se depositan
en las superficies viscerales y articulares,
lo que comúnmente se
denomina “gota”. La gota visceral
es más común en las serpientes.
Estos cristales de ácido úrico forman
pequeños nódulos blancos
(“tofos”) que son visibles a simple
vista.
En las serpientes, las causas
comunes que contribuyen al desarrollo
de la gota son el daño del
riñón, las temperaturas bajas y la
deshidratación. Los medicamentos
nefrotóxicos (aminoglucósidos,
sulfonamidas, diuréticos) deben
utilizarse en pacientes bien hidratados
para evitar la nefrotoxicidad
que puede llevar a la gota. La reducción
o el cese de la cantidad
de comida suministrada durante
los meses más fríos puede evitar
la conversión innecesaria de proteínas
no utilizadas en ácido úrico.
Los sitios más comunes para la deposición
de tofos son el pericardio,
los riñones, el hígado, el bazo, los
pulmones y el tejido subcutáneo
(fig. 45). Los signos clínicos dependen
del órgano afectado.
• Diagnóstico. Es posible llegar
al diagnóstico basado en la
anamnesis, los signos clínicos,
la radiografía, la endoscopia y la
citología de los tofos. Los niveles
séricos de ácido úrico pueden o
no estar elevados. El diagnóstico
definitivo se hace sobre la base
de la demostración de cristales
de urato (véase cap. 6).
• Tratamiento. Consiste en corregir
los problemas de conservación
subyacentes y asegurar
una hidratación apropiada, cuidados
de sostén y tratamiento
médico. El alopurinol (10-20 mg/
kg PO cada 24 horas) baja el nivel
de ácido úrico en el suero y el
probenecid promueve la excreción
de uratos. Sin embargo, no
se han realizado estudios consistentes
con estos medicamentos
en las serpientes y se deben
considerar los efectos adversos.
El tratamiento debe continuar
durante meses. Si la gota se detecta
en sus primeras etapas,
existe posibilidad de que la condición
pueda ser revertida.
Disecdisis
La piel de las serpientes muda
en una sola pieza. Este proceso,
conocido como ecdisis, está influenciado
por factores externos
(temperatura, humedad, fotoperíodo)
e internos (edad, género, reguladores
hormonales). El aumento
de la actividad metabólica (por ej.,
como resultado de un incremento
de la temperatura) acrecienta la
frecuencia de muda. Las serpientes
jóvenes en crecimiento mudan
por primera vez entre 7 y 10 días
después de la eclosión del huevo
y a partir de entonces lo hacen 1
vez al mes; es decir, con más frecuencia
que las serpientes de más
edad. Muchas serpientes mudan
su piel entre 7 y 14 días antes de
la oviposición. La disecdisis, que
es una ecdisis anormal, puede relacionarse
con el ectoparasitismo,
la baja humedad y temperatura, la
desnutrición, la deshidratación, las
enfermedades cutáneas (dermatitis
vesicular, quemaduras, cicatrices,
heridas), las enfermedades
sistémicas, el estrés o la ausencia
de sustratos abrasivos sobre los
cuales la serpiente pueda frotarse
y descamar la piel (rocas, ramas,
etc.). La piel retenida puede producir
ruidos respiratorios, estomatitis
secundaria y necrosis de la punta
de la cola. La manipulación excesiva y la eliminación de pedazos
de piel de origen iatrogénico en las
fases tempranas del proceso de
muda pueden producir daño y mayor
disecdisis.
Cuando aparece un problema
de muda, se deben identificar y
corregir las deficiencias del manejo
(asegurar la humedad y la temperatura
adecuadas, proporcionar
rocas o ramas para frotarse, etc.).
La piel retenida luego de la muda
debe retirarse después de mojar a
la serpiente con agua tibia durante
30-60 minutos (fig. 46). Además,
se puede colocar al animal en un
terrario con toallas húmedas y tibias
para ayudar a desprender la
piel vieja. También es útil aumentar
la humedad rociando a la serpiente
y el ambiente con agua. Se recomienda
aguardar al menos 2 días
para permitir que el tratamiento resulte
totalmente eficaz. Siempre es
mejor dar más tiempo para que el
tratamiento dé resultado que retirar
la piel vieja de manera agresiva.
Un problema que se observa con
frecuencia en las serpientes es la
retención de la membrana especular
que cubre el ojo después de
la ecdisis, lo que puede llevar a la
infección. Se debe tener cuidado
cuando se efectúa el diagnóstico
de lentes retenidas, porque en algunas
especies como la pitón real
pueden tener un aspecto arrugado
normal. Los ojos con lentes retenidas
parecen secos y opacos, y las
serpientes pueden estar anoréxicas
o agresivas debido a la visión
impedida. Las lentes retenidas se
deben humedecer con agua y retirar
con un aplicador de punta de
algodón, una pinza ocular o cinta
adhesiva. Se puede requerir magnificación
e iluminación suplementaria
para tratar de manera apropiada
las lentes retenidas. En caso de
duda, controle la muda de piel para
verificar que aquellas hayan mudado
(véase fig. 5) o sólo moje el ojo
y espere hasta la próxima muda.
En casos de retención prolongada,
es necesaria la anestesia general y
la extracción quirúrgica de la lente.
Distocia
La distocia es común en las serpientes
en cautiverio. Ciertas deficiencias
en el manejo de los animales
pueden llevar a la distocia,
como un sitio para el anidamiento
inadecuado, un ambiente térmico
inapropiado, mala condición
física (desnutrición, deshidratación,
mal tono muscular debido a
la inactividad), superpoblación o
niveles de humedad inconvenientes.
Problemas médicos como la
hipocalcemia, las infecciones, forma
anormal del huevo, cálculos
urinarios o masas de tejido blando
también pueden producir distocia.
El uso de animales subadultos
para la reproducción puede causar
distocia en la primera nidada.
Un exceso en la frecuencia de reproducción
como la “doble puesta
anual de huevos” de las serpientes
colúbridas o la reproducción anual
de las boas y las pitones también
se ha propuesto como una causa
de distocia. Este trastorno es más
común cuando la nidada es infértil
o cuando la serpiente ha tenido
distocia anteriormente. Las fracturas
pélvicas desalineadas y los riñones
dilatados son otras causas,
condiciones que se observan más
comúnmente en los lagartos.
• Signos clínicos. La forma más
común de distocia en las serpientes
es la retención posovulatoria
del huevo, que ocurre cuando
los huevos descascarados o
los fetos son retenidos dentro de
los oviductos. En general hay
pocos signos clínicos, con la posible
excepción de la distensión
celómica en donde se localizan
los huevos. Otros signos posibles
son el aumento de la actividad,
el exceso de exposición
a fuentes de calor o que las serpientes
se expongan al sol con
su tercio caudal dado vuelta. El
estiramiento prolongado, el abultamiento
de la cloaca o el prolapso
cloacal también pueden
indicar distocia. Las serpientes
vivíparas pueden no mostrar ningún
tipo de signo. Los síntomas
a menudo son sutiles y es posible
que el dueño ni siquiera los
advierta.
• Diagnóstico. La preñez puede
confirmarse mediante la palpación
de los huevos, la radiología
o el ultrasonido. Los huevos
tienen escasa calcificación y
son difíciles de observar en las
radiografías simples. Mediante
ultrasonografía es posible identificar
en las serpientes vivíparas
la existencia de fetos y la presencia
o ausencia de latidos cardíacos.
Las serpientes grávidas
a menudo mudan su piel 7-14
días antes de la puesta de huevos.
En general, toda la oviposición
ocurre de una sola vez y en
un tiempo relativamente corto. Si
la puesta no se completa al día
siguiente, es probable que haya
distocia. Las especies vivíparas
a menudo retienen toda la puesta.
Si no se observa un proceso
obstructivo, puede que exista un
tono muscular inadecuado, ya
que la oviposición requiere un
esfuerzo muscular importante.
En las serpientes vivíparas se
puede notar una considerable
variabilidad en el tiempo de gestación
aun dentro de la misma
especie, y cuanto más fresca es
la temperatura ambiente, más
largo será el tiempo de gestación.
Por lo tanto, las distocias
en las serpientes vivíparas son
más difíciles de diagnosticar y
pueden producirse adhesiones
entre los fetos retenidos y el tejido
materno, lo que a menudo
requiere intervención quirúrgica.
• Tratamiento. La terapia médica
implica proporcionar un sitio
de anidamiento y corregir las
deficiencias referidas al manejo.
El calcio (100 mg/kg) y la
oxitocina (10-20 UI/kg) son más
eficaces cuanto antes puedan
administrarse después de que
haya comenzado la distocia. Sin
embargo, la oxitocina no es muy
útil en las serpientes. La arginina
vasotocina, aunque es más
eficaz en los reptiles que la oxitocina,
no se encuentra disponible
con facilidad. Estos medicamentos
hormonales no se deben
emplear cuando se sospecha un
caso obstructivo (serpientes que
han presentado contracciones
activas, pero que no han logrado
hacer pasar los huevos o los fetos).
Con la ayuda de anestesia
y lubricación, es posible relajar
digitalmente el esfínter oviductal
y extraer a mano y con suavidad
los huevos. Sin embargo, pueden
presentarse complicaciones
como la rotura o el prolapso
del oviducto, por lo que se debe
tener extremo cuidado. Este procedimiento
no debe realizarse si
la serpiente ha retenido los huevos
durante un período largo, ya
que se pueden formar adhesiones
entre ellos y el oviducto. La
ovocentesis percutánea seguida
de la administración de calcio y
oxitocina puede ser útil cuando
hay una pequeña cantidad de
huevos presentes en la parte
baja del tracto reproductivo. Este
procedimiento implica la aspiración
de los contenidos del huevo
mediante la inserción de una
aguja a través de las escamas
ventrales. Los huevos colapsan
y se produce la oviposición en
unas pocas horas o unos pocos
días. La aspiración percutánea
debe realizarse temprano en el
proceso de la distocia, ya que
los contenidos de los huevos
se solidifican con el tiempo. La
rehidratación siempre se debe
realizar antes de estos procedimientos
y se indica la cirugía si
los intentos de retirar los huevos
han fallado.
Anorexia
Las causas médicas de la anorexia
son variadas; entre ellas se
incluyen el parasitismo gastrointestinal,
la gastroenteritis, la impactación
intestinal, la ingestión de un
cuerpo extraño, la estomatitis y la
infección respiratoria. La anorexia
también puede obedecer a problemas
de manejo como temperatura
y fotoperíodo inapropiados,
alimentos inadecuados por su tipo
y tamaño, mala adaptación, superpoblación
o supresión social por
parte de un ejemplar dominante.
Algunas especies nocturnas pueden
no aceptar la comida si se la
ofrece durante el día. El estrés provocado
por la exhibición pública,
las molestias constantes y la manipulación
demasiado frecuente también
pueden llevar a la anorexia. La
alimentación con ratas obesas o
con demasiados roedores puede
llevar a la lipidosis hepática y la
anorexia (véase cap. 6). Muchas
especies ayunan durante semanas
o meses en su hábitat natural
como una adaptación al calor o al
frío excesivo, a la sequía o a la falta
de comida. Las serpientes sanas
pueden dejar de alimentarse cuando
están grávidas, al comienzo de
la estación reproductiva o cerca
de la muda. Muchos reptiles, en
especial las especies tímidas y los
ejemplares tomados de la naturaleza,
tienen un ritmo circanual y
pueden dejar de alimentarse durante
los meses más fríos, aunque
se los tenga en un ambiente cálido.
A modo de ejemplo, las serpientes
de climas templados pueden sufrir
anorexia en otoño. Aquellas que
experimentan brumación no deberían
perder mucho peso.
Se requiere una buena anamnesis
y un examen físico adecuado
para evaluar si el paciente tiene
anorexia médica, por motivos zootécnicos
o de comportamiento.
Se deben identificar y corregir las
deficiencias respecto del manejo
para que las serpientes inicien la
alimentación voluntaria. Se deben
proporcionar escondites, en particular
para las especies tímidas. La
exposición breve a la luz solar sin
filtros junto con una ducha pueden
inducir a la serpiente anoréxica a
alimentarse de manera voluntaria.
Muchas serpientes que experimentan
anorexia estacional responden
a un período corto de enfriamiento
y emergen con un apetito voraz.
Este “tratamiento” también puede
aplicarse a neonatos que no se
alimentan.
La variedad de comida puede
aumentarse, en especial en las serpientes
tomadas de la naturaleza o
importadas en forma reciente. A las
serpientes que se niegan a aceptar
roedores blancos se les puede ofrecer
jerbos o ratas o ratones negros
o marrones. Se debe recordar que
el alimento fresco les resulta más
atractivo que la presa descongelada.
Para tratar la inanición, primero
se debe restaurar los líquidos y
electrólitos. Luego, se debe proporcionar
cantidades adecuadas de
calorías y nutrientes mediante alimentación
asistida. Se ha informado
a modo anecdótico que una dosis
baja de metronidazol (12,5-25 mg/
kg) logró estimular la alimentación
voluntaria. A veces se necesitan tubos
de esofagostomía para suministrar
fluidos y alimentos líquidos en el
estómago durante largos períodos,
sobre todo en animales en los que
la manipulación frecuente puede llevar
a un mayor estrés.
Mordeduras por parte de la
presa
Lamentablemente, las lesiones
producidas al alimentar a las serpientes
con roedores vivos todavía
son comunes (fig. 47). Los roedores
y lagomorfos tienen incisivos
afilados que causan traumatismo
y pérdida de tejido blando; estas
lesiones pueden ser grandes y,
en algunos casos, hasta alcanzar
el hueso. Las mordeduras de las
presas vivas pueden relacionarse
con deficiencias de manejo (manipulación
excesiva, temperaturas
bajas, falta de escondites, oferta
de presas inadecuadas), mala
adaptación o anorexia. Además,
las serpientes que están sobrealimentadas
o tienen una condición
patológica subyacente pueden no
aceptar la presa que se les ofrece.
Los roedores también pueden
morder si la serpiente los captura
pero no mueren de inmediato. Las
experiencias negativas que resultan
de las mordeduras pueden
hacer que las serpientes rechacen
ciertas presas.
• Tratamiento. Las heridas por
mordedura a menudo están
contaminadas. El tratamiento se
basa en el lavado de la herida,
la aplicación de terapia antimicrobiana
tópica y sistémica, el
desbridamiento, el vendaje y el
cierre de la herida. Los defectos
grandes son comunes y pueden
requerir cicatrización por granulación.
La curación puede llevar
meses y la cicatrización extensiva
no es infrecuente. Las colas
muy dañadas deben ser amputadas.
Cuando se producen lesiones
en la lengua o la vaina lingual,
se debe evitar la formación
de adhesiones mediante el uso
de una pomada esteroide antibiótica
tópica varias veces al día
durante el período de curación.
Las serpientes que pierden la
lengua, ya sea por amputación
o por adhesiones, deben ser alimentadas
en forma manual por
el resto de sus vidas. Se puede
requerir atención de soporte y
fluidoterapia.
• Prevención. Siempre se les
debe ofrecer a las serpientes
presas muertas o aturdidas en
lugar de presas vivas. Si la serpiente
rechaza la presa previamente
muerta, se la debe entrenar
para que primero acepte
la presa atontada. Se pueden
usar pinzas para mover la presa
muerta delante de aquellas
especies de serpientes que necesitan
movimiento para reconocer
a la presa. Una vez que se
acepta la presa muerta, no se
deben volver a ofrecer nunca
más presas vivas. Si se va a dar
una presa viva, no se la debe
dejar sin atención y se la debe
retirar después de 10-15 minutos
en caso de que la serpiente
no la acepte. Se debe recordar
que algunos países no permiten
la alimentación de serpientes
con roedores vivos debido a la
legislación acerca del bienestar
animal.
Anestesia/analgesia
Todas las serpientes deben ser
sometidas a una evaluación preanestésica.
La fluidoterapia se debe
iniciar antes de la anestesia, y es
probable que las serpientes en malas
condiciones necesiten también
apoyo nutricional. Las serpientes
grandes o venenosas pueden requerir
sedación o anestesia inyectable
para facilitar la manipulación
o la inducción con anestésicos inhalantes.
La morfina preanestésica
(1-2 mg/kg SC) podría proporcionar
tanto sedación como analgesia.
Conviene evitar la anestesia
general en una serpiente con el estómago
lleno, ya que es más probable
que los pulmones puedan
comprimirse debido a la ingesta y
la regurgitación. En las serpientes
de tamaño pequeño o mediano,
un ayuno de 3-4 días es suficiente
para digerir la última comida, pero
las serpientes más grandes necesitarán
un período de 1-2 semanas.
Las combinaciones de ketamina
con benzodiacepinas o agonistas
a2-adrenérgicos pueden utilizarse
para la inducción o el mantenimiento
de la anestesia. Sin embargo,
una de las mejores opciones es la
inducción con propofol (5-10 mg/
kg EV), seguido de la intubación
y el mantenimiento de la anestesia
con agentes inhalantes como
el isoflurano o el sevoflurano (figs.
5.48 y 5.49). El propofol también
puede utilizarse para mantener la
anestesia por infusión a ritmo constante
o con bolos intermitentes. Las
serpientes pueden ser inducidas
con agentes inhalantes en una
cámara de inducción o con tubos
plásticos (figs. 5.50 y 5.51). El dispositivo
de monitoreo más útil durante
la cirugía es un detector de
flujo Doppler colocado a la altura
del corazón o de la arteria coccígea
(fig. 52). Todos los reptiles necesitan
durante la anestesia ventilación
asistida, ya sea en forma manual o
mecánica, dado que la respiración
espontánea es controlada por el
movimiento muscular y éste cesa
con la anestesia general (figs. 5.53
y 5.54). Los pulmones de los reptiles
son más frágiles que los de los
mamíferos. La ventilación asistida
no debe exceder los 20 cm de H2O
para evitar la rotura pulmonar.
La recuperación posoperatoria
(así como la inducción y el mantenimiento
de la anestesia) debe llevarse
a cabo a la temperatura corporal
óptima preferida por la serpiente.
En la mayoría de los reptiles, el estímulo
para respirar surge de las
bajas concentraciones de oxígeno,
por lo que se recuperan más rápido
al respirar el aire ambiental. Sin
embargo, en ese caso la serpiente
puede requerir apoyo ventilatorio;
se puede emplear una bolsa de
resucitación de ambulancia pediátrica
para suministrar aire ambiental.
Las recuperaciones pueden
llevar de 10 minutos a varias horas,
y la respiración puede ser estimulada
mediante el movimiento del
cuerpo o pinchando la cola. En
una serpiente que está dolorida es
posible ver una posición corporal
anormal (por ej., que adopte forma
de “S”), anorexia, mayor agresión,
depresión y aumento de la frecuencia
respiratoria. La anestesia local
puede ser una buena alternativa a
la anestesia general para procedimientos
menores o como analgesia
complementaria para procedimientos
mayores.
Procedimientos quirúrgicos
seleccionados
Colocación de un tubo de
esofagostomía
Se indica la colocación de un
tubo de esofagostomía cuando
se requiere intubación estomacal
repetida, sobre todo en las
serpientes fuertes o venenosas. El
procedimiento es similar al realizado
en los quelonios y la serpiente
debe ser anestesiada e intubada.
Se pueden usar tubos gástricos
para pequeños animales, aunque
los ejemplares muy pequeños se
verán beneficiados por el uso de
tubos uretrales para humanos o caninos.
Se debe medir el tubo antes
de colocarlo, el que debe pasar
caudal al corazón y llegar al estómago
o al esófago distal.
• Técnica. Se inserta un hemóstato
curvado a través de la cavidad
oral, bien profundo en
el esófago. El hemóstato debe
colocarse en forma lateral hacia
la pared corporal y con una
hoja de bisturí se realiza una pequeña
incisión en forma externa
sobre el punto en el cual los extremos
del hemóstato presionan
la piel. Se deben evitar la vena
yugular y la arteria carótida. Las
puntas de los hemóstatos luego
se exteriorizan a través de una
incisión para sujetar el extremo
del tubo de alimentación. El tubo
se empuja a través de la incisión
hacia el lumen del esófago, se lo
redirige en forma descendente
hacia el estómago y se lo hace
avanzar hasta que alcanza la
marca predeterminada del tubo.
Otra técnica consiste en tirar
de la punta del catéter hacia el
lumen del esófago y retirarlo a
través de la cavidad oral hasta
el punto de referencia; luego, el
tubo de alimentación se redirige
hacia abajo por el tracto alimentario
hacia el estómago. Se
debe suturar la incisión cutánea,
y suturar y pegar el catéter a la
piel. Con los cuidados apropiados
(lavado del catéter después
de cada uso y limpieza de la
incisión quirúrgica), el tubo de
alimentación puede mantenerse
durante varios meses para facilitar
el apoyo nutricional, la rehidratación y la medicación.
Celiotomía
La palpación, la radiografía, el
ultrasonido y la familiaridad con la
ubicación normal de los órganos
facilitan el abordaje quirúrgico. Se
debe marcar el punto de abordaje
sobre el paciente con un marcador
permanente antes de la preparación
quirúrgica. Algunos procedimientos
requerirán dos o más incisiones de
celiotomía. La incisión debe realizarse
a través de la porción sin escamas
de la piel, entre la primera y la segunda
fila de escamas laterales (fig. 55).
La incisión se continúa a través de
las capas musculares, ventral a las
costillas, y luego a través de varias
capas fasciales hasta que se gana
acceso al celoma. Las celiotomías se
realizan con mayor frecuencia cuando
hay problemas reproductivos o
para retirar tumores o cuerpos extraños
gastrointestinales (fig. 56). Por lo
general, el cierre es en dos capas:
una en la pared corporal (continua
simple) y la segunda en la piel (un
patrón evertido) (fig. 57). Las suturas
pueden retirarse 4-6 semanas después
de la cirugía.
Enucleación
Se debe realizar la enucleación
cuando una infección grave, un
prolapso, la inflamación, el dolor
o el traumatismo imposibilitan una
evolución satisfactoria (fig. 58). En
las serpientes, se realiza una incisión
alrededor de toda la membrana
especular, que luego se retira.
Después se toma el ojo con pinzas
y se disecciona libre de sus adhesiones.
Los vasos sanguíneos ópticos
se sellan con presión o se ligan
con ganchos o suturas vasculares
(fig. 59). El déficit ocular se deja
abierto y se permite que granule, y
se emplean antibióticos oftálmicos
tópicos para evitar la infección. La cicatrización lleva alrededor de 4 semanas y la mayoría de las serpientes se recuperan bien después de la operación.

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