Es frecuente que los pequeños animales en situación de urgencia presenten inestabilidad hemodinámica. Por lo tanto, la monitorización de las variables hemodinámicas no sólo proporciona información sobre el funcionamiento cardiovascular, sino que constituye una pieza fundamental del abordaje diagnóstico y terapéutico del paciente en estado crítico con hipoperfusión tisular.
Las principales razones que justifican la monitorización hemodinámica, tanto en las salas de emergencia como en las unidades de cuidados intensivos, son detectar la disfunción cardiovascular antes que se presente falla multiorgánica y ayudar al clínico a supervisar la respuesta a la terapia.
Este tipo de monitorización es recomendable cuando un paciente presenta hipoperfusión sistémica de cualquier etiología y se basa en actuaciones simultáneas a las específicas de cada patología.
La monitorización hemodinámica sólo es una herramienta diagnóstica y, por lo tanto, no puede mejorar el pronóstico, a no ser que esté acompañada de un tratamiento adecuado que, por sí mismo, favorezca la evolución del paciente.
La monitorización hemodinámica ideal debería ser poco invasiva, fiable, precisa, fácil de realizar y continua.
En los últimos años se ha intensificado la búsqueda de nuevos métodos de monitorización que aporten información acerca de la función cardiovascular del paciente crítico. Entre los avances tecnológicos que han contribuido a facilitar la monitorización hemodinámica debe destacarse la ecocardiografía.
La ecocardiografía puede ser una herramienta muy útil en la evaluación de la función cardiovascular del paciente crítico debido a que nos proporciona imágenes en tiempo real de una manera no invasiva o mínimamente invasiva. La evaluación de la función cardiocirculatoria de los pacientes en shock constituye una de las principales indicaciones de la ecocardiografía en la UCI, como veremos a continuación.

Marisé Morera Esteve; Sara Pérez Montagud