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Protocolos de observación

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Animales de producción

Protocolos de observación

En las últimas décadas en Europa se han desarrollado varios protocolos de evaluación general del bienestar animal para su aplicación en las granjas. En Austria, por ejemplo, el “índice de necesidades del animal” (Tiergerechtheitsindex, TGI) fue diseñado para asegurar un grado de bienestar definido en las prácticas ganaderas (principalmente en las ecológicas). Este índice se ha incorporado a la legislación austríaca (Bartussek, 2001).
En Alemania se desarrolló una versión similar (Sundrum et al., 1994). En el caso de Reino Unido, la RSPCA (Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals) desarrolló un esquema libre sobre alimentación, condiciones de las instalaciones y manejo. Mientras, otros países se han centrado en una especie animal, como Holanda con un sistema específico para cerdas (Bracke et al., 2004a, 2004b) y Francia e Italia con herramientas específicas para vacuno de leche (Capdeville y Veissier 2001; Tosi et al., 2001).
Dentro de las iniciativas para desarrollar la evaluación basada en el animal se incluyen entre otras las siguientes: – El modelo semántico. – La evaluación cualitativa del comportamiento. – El sistema de evaluación del bienestar de la Universidad de Bristol. – El proyecto europeo Welfare Quality®.
Este último parece ser el más completo ya que proporciona información de los indicadores basados en el animal, provee medidas concretas que pueden ser utilizadas por los ganaderos para mejorar el bienestar de sus animales y cuenta con el diseño de un sistema para informar a los consumidores acerca de los productos alimenticios de los animales y las granjas evaluadas (STOA, 2009).
El fin último de estos protocolos es la determinación de cómo se puede mejorar el bienestar en una granja particular, mediante la interpretación de los parámetros basados en su entorno (espacio, suelo, etc.) que causalmente afectan al comportamiento del animal y su fisiología, basándose en estudios experimentales. Estos estudios incluyen medidas invasivas como la monitorización de los niveles de corticoesteroides en plasma (hormonas del estrés), medidas que requieren equipos específicos (por ejemplo, videograbación detallada de elementos conductuales, monitores de ritmo cardíaco) y análisis de comportamientos muy poco frecuentes (por ejemplo, el comportamiento de juego) o comportamientos que se producen en momentos inoportunos (como la perturbación que generan los ácaros de sangre por la noche a las aves de corral). Por otro lado, la evaluación del bienestar implica la comparación entre diferentes granjas con respecto al nivel de bienestar de sus animales.

Abraham, M. Celina; Blanco Penedo, Isabel; Lima Cerqueira, Joaquim; Araújo, J. Pedro

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