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Nutrición de la cerda para mejorar la eficiencia productiva en la fase de lactación

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Nutrición de la cerda para mejorar la eficiencia productiva en la fase de lactación

Los dos pilares de la eficiencia productiva en las cerdas reproductoras son la fertilidad y la prolificidad. Tanto la prácticas de manejo de la reproducción como los avances en las técnicas de inseminación artificial, donde nuestro país siempre ha sido pionero, nos han permitido tener hoy unos porcentajes de fertilidad a parto considerablemente superiores a los de años precedentes.
La prolificidad de las cerdas como mamíferos ha ido aumentado en estos últimos diez años a un ritmo de un lechón más cada dos años, al tiempo que el peso individual del lechón al nacimiento ha ido disminuyendo y aumentando la dispersión entre los más grandes y los más pequeños, además de que la maduración de los lechones al nacimiento es menor (menor peso del hígado). Al mismo tiempo, las cerdas actuales son más magras y menos grasas, y se estima que el contenido lipídico de los lechones al nacimiento también es menor al 2% que conocíamos (Seerley, 1974). Esto supone que, además de menos grasa corporal, los lechones disponen de menos glucógeno hepático, lo que agrava el problema (Canario, 2007) de la tasa de mortalidad en lactación, parámetro conceptual del bienestar animal y de los propios trabajadores en la granja.
Obtener el mayor potencial genético de nuestras cerdas actuales es factible gracias a las mejoras en las instalaciones en las granjas, mayor profesionalidad de personas y técnicos que derivan en avances en manejo, evolución en condiciones medioambientales y de bienestar de las cerdas, y avances considerables en los programas de nutrición que optimizan sus requerimientos y condición corporal. La consideración de la cerda reproductora desde el momento de su fase de adaptación–cuarentena en la granja, con programas específicos de profilaxis sanitaria y dietas de futuras reproductoras, también está teniendo que ver en dichas mejoras. No hace tantos años que teníamos una sola fase de alimentación con un pienso único para renuevo, gestantes, lactantes y verracos, cuando hoy ya disponemos de un mayor abanico de piensos diseñados para cada fase de producción según posibilidades/disponibilidad en cada sistema productivo (recría, primer mes y último mes de gestación, gestantes único, gestantes primerizas, preparto, lactantes y verracos).
Para optimizar la producción en la cerda lactante, es preciso prestar atención al desarrollo de la cerda antes de la primera inseminación, así como hacer un plan de alimentación correcto tanto en la gestación (desarrollo de embriones/fetos, tejido mamario y condición corporal) como en la lactación (producción de leche), donde además los resultados de una lactación van a influir en la siguiente. Como base de trabajo consideramos, desde el punto de vista nutricional, que a las cerdas actuales debemos ser capaces de racionarlas adecuadamente durante toda su vida productiva excepto en la fase de lactación, período en el que estarán en balance de nutrientes negativo, siendo capaces de ingerir menos nutrientes de los que precisan (fase catabólica). Es en esta fase crítica en la que nos centraremos en este trabajo para obtener los mejores índices productivos tanto en la cerda como en su camada, así como en la salud de ambos.

Antonio Palomo Yagüe

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