Por Castillo, Riva.
Uso de toceranib fosfato para tratar un carcinoma ova?rico invasivo

INTRODUCCION
Los tumores ovaÌricos son neoplasias poco frecuentes en la perra. Su incidencia real es desconocida, ya que la mayoriÌa de los casos descritos corresponden a hallazgos durante la necropsia. SeguÌn distintos estudios, tienen una prevalencia del 6,25% y constituyen entre el 0,25 y 1,2% de todos los tumores en la especie canina. Se cree que la baja incidencia de este tipo de tumores puede estar relacionada con el gran segmento de poblacioÌn que se esteriliza quiruÌrgicamente a edad temprana.
Los tumores ovaÌricos pueden ser de ceÌlulas epiteliales, ceÌlulas germinales o ceÌlulas del estroma. Entre los de ceÌlulas epiteliales se encuentran los adenomas y los adenocarcinomas papilares, los cistadenomas y los carcinomas indiferenciados. Todos ellos representan entre el 40 y 50% de las neoplasias ovaÌricas. Se han descrito en perras de entre 14 meses y 16 años de edad.
La mayoriÌa de los tumores de ceÌlulas epiteliales son asintomaÌticos, a menos que compriman oÌrganos adyacentes. Algunos de estos tumores pueden secretar progesterona, lo que parece favorecer el desarrollo del complejo hiperplasia endometrial quiÌstica/pioÌmetra.
La reseccioÌn quiruÌrgica es el tratamiento de eleccioÌn para los tumores ovaÌricos no invasivos, y permite alcanzar tiempos de supervivencia muy elevados de entre 4 y 6 años. Se han descrito casos aislados, en los que se ha empleado quimioterapia como tratamiento paliativo para tumores inoperables o metastaÌsicos, aunque no se han establecido protocolos concretos ni tiempo promedio de supervivencia.
El principal objetivo de la oncologiÌa veterinaria es mantener la calidad de vida del paciente, por lo que las nuevas terapias estaÌn enfocadas a minimizar los efectos secundarios y aumentar la esperanza de vida, incluso sin remisioÌn completa o parcial. Lo que se busca es “beneficio cliÌnicoâ€, que en muchas ocasiones se obtiene con el control de la neoplasia (enfermedad estable). Esto hace que las nuevas opciones terapeÌuticas sean maÌs atractivas para los propietarios y menos agresivas para sus mascotas.
En tal sentido, la quimioterapia antiangiogeÌnica ha demostrado tener importantes efectos estabilizadores en pacientes con diversas neoplasias. Se ha observado que confiere beneficio cliÌnico y mejora la calidad de vida sin un alto grado de toxicidad. En comparacioÌn con la quimioterapia de “reÌgimen intensoâ€, este tipo de terapia presenta grandes ventajas, ya que tiene miÌnimo impacto en el paciente y su administración es simple.Â
CASO CLINICOÂ
AcudioÌ al Hospital CliÌnico Veterinario de la Universidad Alfonso X el Sabio una hembra Labrador entera de 13 años con dolor en el abdomen medio e historia de epilepsia esencial controlada con fenobarbital.
Durante la exploracioÌn se evidencioÌ un efecto de masa en la porcioÌn abdominal media/ craneal, en coincidencia con el aÌrea de proyeccioÌn del ovario derecho. Como parte del procedimiento diagnoÌstico se realizaron hemograma y bioquiÌmica baÌsica, ecografiÌa abdominal y tomografiÌa computarizada (TC) toracoabdominal. Los resultados obtenidos fueron los siguientes:
- Hemograma y bioquiÌmica: moderado aumento de la fosfatasa alcalina, asintomaÌtico y atribuible al tratamiento con fenobarbital.
- EcografiÌa: UÌtero distendido (1 cm) con contenido de liÌquido e hiperplasia endometrial quistica (fig. 1). Masa en ovario derecho (4.5 cm en su T mayor), infiltracioÌn peritoneal y linfadenopatiÌa iliÌaca medial derecha. Se realizaron puncioÌn y aspiracioÌn con aguja fina (PAAF) del linfonoÌdulo iliÌaco aumentado.Â
- CitologiÌa: compatible con tumor epitelial maligno (probable carcinoma ovaÌrico).
- TomografiÌa computarizada: se identificaron dos lesiones quiÌsticas en el cuerpo pancreaÌtico (2,7 x 3,1 cm). AdemaÌs, el ovario izquierdo presentaba morfologiÌa irregular con pequeñas aÌreas quiÌsticas (1,8 x 1,6 cm). En la zona de proyeccioÌn del ovario derecho se evidenciaron captacioÌn de contraste y una masa irregular, con origen a nivel de L2, extensioÌn retroperitoneal y peritoneal, y lesiones nodulares en algunas aÌreas, la cual alcanzaba la regioÌn del linfonoÌdulo iliÌaco medial derecho (4,2 cm de diaÌmetro; fig. 2 A y B). Durante su recorrido, la masa englobaba la vena cava y la aorta en direccioÌn ventral. AdemaÌs, al igual que en la ecografiÌa, se identificoÌ contenido liÌquido en el interior de los cuernos uterinos (grosor maÌximo, 1,5 cm en el cuerno izquierdo).Â
Comentarios