Cirugia veterinaria
Reparación de defecto cutáneo posterior

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La mayoriÌa de los defectos cutaÌneos observados en los pequeños animales se originan de lesiones traumaÌticas, quemaduras o la reseccioÌn quiruÌrgica de tumores extensos. Actualmente, la enfermedad oncoloÌgica es una de las principales causas de muerte en caninos y felinos.Â
Los procedimientos quiruÌrgicos son las alternativas maÌs antiguas y de mayor eÌxito para el tratamiento de las neoplasias, e incluso pueden ser utilizados como meÌtodos preventivos, diagnoÌsticos o paliativos. La realizacioÌn de extirpaciones tumorales con maÌrgenes suficientemente amplios con el fin de evitar la permanencia de enfermedad residual frecuentemente origina defectos de grandes dimensiones, cuya reparacioÌn constituye un desafiÌo para el cirujano.
El conocimiento profundo de la anatomiÌa y la fisiologiÌa de la especie, el dominio de las teÌcnicas de extirpacioÌn y reconstruccioÌn, la comprensioÌn de la biologiÌa tumoral y el uso competente de terapeÌuticas adyuvantes o alternativas, son condiciones esenciales para el eÌxito quiruÌrgico.
La reconstruccioÌn de grandes defectos cutaÌneos posteriores a un trauma o la escisioÌn radical de una masa neoplaÌsica puede ser problemaÌtica, particularmente cuando tales defectos se localizan en las extremidades, donde no existe piel suficiente para el cierre primario. Las alternativas de manejo en estos casos pueden ser: colgajos de patroÌn axial, colgajos locales del plexo sudeÌrmico, injertos cutaÌneos y cicatrizacioÌn por segunda intencioÌn. Actualmente, se reconoce la importancia de la reconstruccioÌn quiruÌrgica de los defectos causados por la reseccioÌn de lesiones neoplaÌsicas, por eso es necesario el conocimiento de las neoplasias previo al momento de la cirugiÌa.
La irrigacioÌn sanguiÌnea de la piel es similar en perros y gatos. Se basa en una serie de arterias cutaÌneas bien documentadas que llevan la sangre al plexo subdeÌrmico, el que provee irrigacioÌn a la dermis y la epidermis. Cuando se separa la piel, la diseccioÌn por debajo del plexo subdeÌrmico es esencial para mantener el aporte sanguiÌneo y evitar la necrosis.Â
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