Nuevas estrategias de resincronización para explotaciones de vacas de leche

Nuevas estrategias de resincronización para explotaciones de vacas de leche

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Antonio Jiménez
Técnico de Ganado Vacuno. CEVA Salud Animal
antonio.jimenez@ceva.com


Una limitación importante de la tasa de preñez de 21 días (si se evalúa por fecha de calendario) es que considera como vacas elegibles de una misma forma a las que, estén paridas de poco tiempo o de mucho, con lo que no nos informa de la eficiencia reproductiva durante los primeros ciclos después del periodo de espera voluntario.
Por eso es importante evaluar también la tasa de preñez de 21 días por días en leche, ya que el hecho de conseguir una alta tasa de preñez de 21 días en los primeros ciclos después del periodo voluntario es mucho más importante que en los siguientes, ya que habrá más vacas que quedan gestantes pronto.
Esta es la razón por la que cada vez más explotaciones usan protocolos de fertilidad de una forma sistemática para primera inseminación posparto.
Pero aun así, se necesita un sistema de resincronización rápido y eficiente que, combinado con una correcta detección de celos de retorno, proporcione un intervalo promedio entre inseminaciones lo más corto posible facilitando la consecución de una buena tasa de preñez de 21 días a partir de la primera inseminación.
Conseguir buenas altas tasas de preñez a partir de la primera inseminación según aumentan los días en leche es también muy importante y es necesario entender su peso relativo frente a la tasa de preñez a pocos días en leche: según aumentan los días en leche, la eficiencia reproductiva irá teniendo menos importancia en reducir los días concepción de la explotación pero más en reducir las tasas de eliminación por infertilidad.


Estrategia de resincronización intensiva potenciando

La inseminación a tiempo fijo

Las vacas de leche tienen una duración de ciclo de aproximadamente 23 días (Sartori et al., 2004), por lo tanto, el inicio de un protocolo de resincronización 32 días después de la inseminación debería producir mejor tasa de concepción que un protocolo iniciado 25 días o 39 días tras la inseminación. Sin embargo, varios estudios han demostrado la falta de diferencias entre tasas de concepción de protocolos iniciados a 25 o a 32 días después de la inseminación. Un fenómeno curioso de estos estudios es que la proporción de vacas sin cuerpo lúteo o con baja concentración de progesterona al inicio del protocolo de resincronizacion no es diferente entre vacas resincronizadas a 25 o a 32 días, o incluso a 32 vs 39, y varía entre un 20-30% de las vacas diagnosticadas vacías. (Nota: normalmente se considera CL, o buen CL, el que tiene más de 15 mm de diámetro). Un mayor conocimiento de la dinámica luteal después de la inseminación puede ayudar a mejorar las estrategias de resincronización.

El objetivo de un estudio de la universidad de Turín y la de Wisconsin [1] fue evaluar las concentraciones de progesterona y la dinámica luteal desde los días 4 al 32 después de la inseminación y los niveles de PAGs (proteínas asociadas a la gestación) a días 25 y 32 después de una inseminación a tiempo fijo.
Los resultados muestran que la regresión luteal entre las vacas no gestantes no se produce de una forma sincronizada, y que algunas vacas tienen fases luteales extendidas. Gracias al análisis de PAGs, se observó que muchas de las vacas diagnosticadas no gestantes no tuvieron celo en el momento esperado alrededor de los 21-23 días, sino que estaban gestantes y perdieron su gestación continuando con el cuerpo lúteo sin regresar.
En el estudio se concluye que al menos la mitad de las vacas no gestantes que tienen CL a los 32 días después de la inseminación estuvieron gestantes y perdieron su gestación.
Los datos de este estudio apoyan la idea de que una estrategia de resincronización basada en si las vacas vacías tienen o no un cuerpo lúteo en el momento de diagnóstico es una estrategia mejor que la basada en la resincronización a unos días determinados post-inseminación, debido a la variabilidad en el momento de la regresión del CL.
Por eso se puede proponer una estrategia de resincronización intensiva con los objetivos de potenciar la inseminación a tiempo fijo en lugar de a celo observado, reducir el intervalo entre inseminaciones y mejorar la tasa de concepción. Consiste en administrar GnRH a todas las vacas 7 días antes del diagnóstico de gestación y hacer coincidir el diagnóstico con el día de la primera prostaglandina del Ovsynch.
Si las vacas tienen un cuerpo lúteo, se continúa el Ovsynch con doble prostaglandina, y si no tienen un buen cuerpo lúteo se tratan con un protocolo con dispositivo de progesterona.
Esta estrategia ha demostrado que si es aplicada en explotaciones bien manejadas, y con un sistema de primera inseminación sistemática con un protocolo de fertilidad puede producir una tasa de preñez de 21 días del 30% en explotaciones de alta producción.

La detección de celos

El sistema de tratar todas las vacas 7 días antes del diagnóstico tiene dos problemas: uno de ellos es que una importante proporción de vacas que reciben el tratamiento de GnRH previo al diagnóstico están gestantes. Aunque este tratamiento no tiene ningún efecto adverso sobre la gestación, constituye un gasto y
un trabajo adicionales.
El otro problema es que la GnRH reduce la expresión de celos: el pico de LH causa una reducción inmediata de la producción de estradiol por parte del folículo dominante, que ocasiona la reducción de la expresión de celo. Esta estrategia “conduce” a más vacas hacia la sincronización.
La universidad de Cornell ha realizado un estudio de cómo la supresión del tratamiento previo al diagnóstico con GnRH puede afectar a la proporción de vacas que muestran celo y a la generación de gestaciones de una forma general, teniendo en cuenta que hay explotaciones que tienen una buena detección de celos.
Los dos grupos en estudio siguen el esquema de trabajo basado en hacer coincidir el día del diagnóstico con el día de la primera prostaglandina y en la suplementación con progesterona en las vacas sin cuerpo lúteo, con la diferencia de que en un grupo se usaba GnRH 7 días antes del diagnóstico y en el otro no.


Resultados

Se inseminó un mayor porcentaje de vacas en celo detectado en el grupo de No GnRH que en el grupo de GnRH (NoG25 = 53,5%, G25= 44,6%). Como era de esperar, al no usar la GnRH, “conducimos” menos vacas hacia la inseminación a tiempo fijo.

Al no poner la GnRH inicial, hay más vacas que no tienen CL el día del diagnóstico y que serán tratadas con dispositivo de progesterona. Esto es debido a que la retirada de la GnRH del protocolo aumenta las probabilidades de que no haya CL el día del diagnóstico.
Las tasas de concepción de las vacas que tenían CL en el momento del diagnóstico fueron más altas en el grupo que llevó GnRH que en el grupo que no (40,6 y 32,8%). El hecho de retirar la GnRH reduce la sincronización de la ovulación y resulta en peor calidad de los ovocitos por el riesgo de que haya ovocitos envejecidos.
En las circunstancias del estudio, las tasas de concepción evaluadas a 63 días no fueron diferentes entre tratamientos (G25=36,2% y NoG25 = 35,6%).


Conclusiones

Se ha comprobado que debido a la alta frecuencia de pérdidas de gestación, la regresión luteal no se produce según lo esperado calculando las duraciones del ciclo estral, por eso, para reducir el tiempo entre inseminaciones y optimizar la tasa de concepción, la mejor estrategia es diagnosticar la gestación coincidiendo con el día de la primera prostaglandina del Ovsynch, y resincronizar en función de la presencia o ausencia de un buen cuerpo lúteo.
La opción de poner una GnRH 7 dias antes del diagnóstico es una opción muy recomendable para las explotaciones que deciden basar su inseminación en el tiempo fijo. Sin embargo las explotaciones que tienen el objetivo de captar la mayor cantidad de celos posibles antes del dia de diagnóstico pueden beneficiarse de una nueva estrategia que elimina la GnRH previa al diagnóstico.
Se necesitan más investigaciones para determinar el punto de corte de tasa de detección de celo que permitiría tomar una u otra estrategia y optimizar el tiempo a gestación y minimizar las tasas de eliminación por infertilidad.

Bibliografía

  • A. Ricci, P. D. Carvalho, M. C. Amundson, P. M. Fricke. Characterization of luteal dynamics in lactating Holstein cows for 32 days after synchronization of ovulation and timed artificial insemination J. Dairy Sci. 100:1–10
  • R. Wijma, M. L. Stangaferro, M. Masello, G. E. Granados, and J. O. Giordano Resynchronization of ovulation protocols for dairy cows including or not including gonadotropin-releasing hormone to induce a new follicular wave: Effects on re-insemination pattern, ovarian responses, and pregnancy outcomes J. Dairy Sci. 100:1–13

 

Tomado de “Cría y Salud en Bovino y Porcino en Medicina Veterinaria” Axon comunicacion