Castración en conejos

Castración en conejos

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David Perpiñán
DVM, MSc, PhD, Dip ECZM (Herpetology) Naturavets Consultancy, Barcelona, Spain


Los conejos son llevados al consultorio con frecuencia para la castración. Si bien la castración de los machos y la realización de la ovariohisterectomía en las hembras pueden ser considerados procedimientos quirúrgicos rutinarios, el cirujano deberá conversar con los propietarios acerca de asuntos éticos, indicaciones y expectativas del procedimiento y posibles alternativas antes de llevar a cabo la cirugía. En este artículo se describirán la preparación prequirúrgica del paciente, las técnicas quirúrgicas y los cuidados postquirúrgicos. 
La castración es un procedimiento quirúrgico realizado de manera rutinaria en los conejos domésticos. Tanto los machos como las hembras son castrados para evitar la reproducción y para evitar conductas no deseadas. Las hembras son también castradas para evitar el  desarrollo de patologías uterinas. La castración de los machos y la ovariohisterectomía de las hembras pueden también ser realizados como tratamientos específicos o por alteraciones de la conducta. La castración de los machos es un procedimiento relativamente simple, aunque la castración en hembras es técnicamente un mayor desafío, en particular en las hembras obesas. La anestesia, la técnica quirúrgica y el manejo perioperatorio (con particular atención al control del dolor) son factores muy importantes para alcanzar un final exitoso de la castración en conejos. Además, el cirujano debe conversar con el propietario, antes de programar el procedimiento, aspectos relacionados con la ética, el bienestar, indicaciones y resultados, a los efectos de generar expectativas apropiadas.


Consideraciones éticas

Si bien la castración quirúrgica rutinaria ha sido practicada durante muchos años sin mucha discusión ética, puede haber controversias en la actualidad o en un futuro cercano sobre si es ético hacer una castración quirúrgica en conejos o en qué circunstancias este procedimiento sería aceptable. Las consideraciones éticas y de bienestar que se deben considerar cuando se recomienda o se realiza este procedimiento en conejos incluyen:

  • Cualquier procedimiento quirúrgico inducirá molestias/dolor/estrés en el conejo; por lo tanto, hay que evaluar posibles costos y beneficios y compararlos con otras alternativas como métodos farmacológicos de supresión de la fertilidad, vasectomía en los machos, modificaciones de la conducta (como mantener separados a los machos de las hembras para evitar la reproducción) o no hacer nada.
  • Los posibles beneficios sobre la salud de los conejos castrados deben ser evaluados en forma apropiada. Las conejas enteras tienen una alta incidencia de enfermedades uterinas a medida que envejecen (Greene y Saxton, 1938; Baba y von Haam, 1972; Bertram y col, 2018). Sin embargo, en la actualidad, no hay estudios científicos que evalúen los beneficios de dejar intacto al sistema reproductivo de las hembras. De forma similar, no hay estudios que comparen la expectativa de vida de las hembras castradas versus las enteras. En las personas, la histerectomía es considerada una operación mayor, realizada sólo en casos de enfermedades graves y cuando no se cuenta con otras alternativas. Los estudios han mostrado que hay efectos indeseables en las conejas castradas, como aumento del envejecimiento de los ligamentos (Lemmex y col, 2016), osteoporosis (Wen y col, 2015), incontinencia urinaria (Bujok y col, 2016) y alteraciones corneales (Achari y col, 2008). También se ha descrito la presentación de obstrucción colónica (Guzman y col, 2015) y estenosis ureteral (Duhamell y col, 2017) como complicaciones de la ovariohisterectomía en conejas. Para los machos, la castración usada para prevenir tumores testiculares no parece ser justificada, debido a la baja incidencia de este tipo de neoplasias (Hartmann y Kohler, 2001).
  • Es necesario evaluar los posibles beneficios de la castración en conejos desde una perspectiva ética. Es ético castrar conejos (y asumir la molestia/dolor/estrés asociados) para evitar conductas como agresión territorial y marcación con orina, las que son normales para la especie pero no deseables para el propietario?. El hecho que aquellas conductas no deseadas no ocurran en todos los animales es otro aspecto que se debe tener en cuenta. Tratar un problema de conducta puede presentar diferentes temas éticos que el hecho de prevenir una futura enfermedad, en particular cuando no todos los animales desarrollarán el problema de conducta. Los propietarios deben ser conscientes que la castración puede no lograr una completa resolución de estos problemas de conducta.
  • La castración induce ganancia de peso en los machos (Georgiev y col, 2011) y, probablemente, también en las hembras (al igual que en otras especies). La obesidad es una causa común de problemas de la salud (escaldadura urinaria, cecotrofos no consumidos, pododermatitis, etc.); por lo tanto, se debe tener en cuenta el impacto de la castración sobre los problemas relacionados con la obesidad.


Manejo perioperatorio para la castración

La descripción de los protocolos anestésicos está más allá de los objetivos de este artículo, pero es importante hacer un apropiado control anestésico para asegurarse el éxito de todo el procedimiento. Hay que controlar la temperatura corporal por medio de un termómetro rectal; es obligatorio suplementar calor y esto debe ser llevado a cabo por medio del calentamiento de la sala de cirugía o usando guantes o bolsas con agua caliente, bolsas de arena caliente o equipos que den aire caliente. El uso de una simple manta térmica no suele ser adecuado. Es ideal que el conejo sea intubado y ventilado artificialmente. Siempre que sea posible se debe usar un capnógrafo y un oxímetro de pulso para evaluar la ventilación y la oxigenación. La analgesia preventiva debe incluir
un opioide, en particular en las hembras, ya que el solo uso de meloxicam no logra una supresión completa del dolor después de una ovariohisterectomía. El manejo suave de los tejidos reduce el riesgo de adherencia y dolor. Después de la cirugía, los conejos deben recuperarse en un lugar silencioso y se debe emplear una incubadora u otra fuente apropiada de calor hasta que el conejo esté normotérmico. Se recomienda la alimentación asistida hasta que el conejo comience a comer por sí solo. Hay que iniciar la administración de medicamentos para prevenir el éstasis intestinal (por ej., analgesia, cisapride, ranitidina) antes del procedimiento quirúrgico y continuarlo durante unos pocos días posteriores al mismo.


Castración

Razones para una castración

Los machos suelen ser castrados para evitar la reproducción, facilitar la relación entre machos y para reducir o evitar las conductas no deseadas como agresión, marcación con orina o conducta copulatoria obsesiva hacia los propietarios, zapatos, juguetes u otros animales. Además, es muy aceptado que la castración debe ser realizada en casos de presencia de testículos intraabdominales (criptorquidismo), neoplasia testicular, hernia inguinal, torsión testicular, trauma testicular, trauma escrotal grave, u orquitis o epididimitis sin respuesta a los antibióticos. Todas estas alteraciones son poco frecuentes en conejos aunque el trauma debido a agresión intraespecífica no es poco frecuente cuando se mantienen a machos enteros juntos.

Anatomía y fisiología

Los testículos descienden a las 10-12 semanas de edad, aunque el conejo no es fértil durante otros 2 meses más. La castración profiláctica se realiza cuando el conejo tiene más de 4 meses de edad, momento en el que ambos testículos deben estar localizados dentro de los sacos escrotales. Los conejos poseen anillos inguinales abiertos, los que permiten que los testículos sean llevados hacia dentro del abdomen. A los efectos de evitar la herniación postquirúrgica del contenido abdominal, como la vejiga y los intestinos, el anillo inguinal debe ser cerrado, tanto con las castraciones cerradas como con las abiertas. Los conejos delgados no tienen grasa para llenar el canal inguinal y, de esta manera, están más predispuestos a la herniación si se realiza una castración abierta (Jenkins, 2012).

Preparación para la cirugía

El conejo debe ser anestesiado y colocado en decúbito dorsal. La parte anterior del animal puede ser ligeramente elevada para facilitar la exteriorización de los testículos (Olson y Bruce, 1986). Si la anestesia es superficial, habrá más posibilidades de que el conejo retraiga los testículos hacia el abdomen (Harcourt-Brown, 2014). El pelo del área debe ser arrancado o eliminado por tricotomía; cuando se usan las máquinas peladoras eléctricas, hay que tener cuidado por evitar lacerar la delgada y delicada piel escrotal. En ese momento, las piernas son atadas a la mesa separándolas entre sí y el área es preparada asépticamente y luego se colocan los paños de campo. Se recomienda la aplicación de anestésicos locales en el área de la incisión (por ej., 2 mg/kg de lidocaína + 1 mg/kg de bupivacaína).

Técnica cerrada

El saco escrotal que contiene al testículo es tomado entre el pulgar y el índice (fig. 1). Si el testículo se ha retraído hacia dentro de la cavidad abdominal, hay que hacer un suave masaje hacia caudal a nivel del sector medio del abdomen (Olson y Bruce, 1986). Se realiza una incisión longitudinal de 1-1,5 cm de largo en el área proximal del escroto (fig. 1), haciendo leve presión, ya que la piel escrotal es muy delgada y una excesiva presión podría provocar fácilmente la incisión de la túnica. La túnica vaginal (túnica vaginal o vaginal parietal) que encierra al testículo debe ser dejada intacta cuando se hace una castración cerrada, y la superficie interna de la piel del escroto es separada de la túnica vaginal usando pinzas mosquito o tijeras de disección (fig. 2). Una vez que este procedimiento es completado en el área adyacente a la incisión, el testículo es tomado y separado aún más por medio de una suave fuerza y usando los dedos para romper las inserciones existentes entre la túnica vaginal y la piel (fig. 3). Se puede usar una gaza para ayudar en este paso. También es necesario romper el ligamento de la cola del epidídimo, usando tijeras (fig. 4) o los dedos (fig. 5).



Luego, se identifica la separación entre el testículo y el cordón espermático (vasos sanguíneos más el conducto deferente) y se pinza el cordón espermático con una pinza mosquito (fig. 6). Sólo se debe aplicar una suave presión sobre la pinza, para evitar un excesivo daño tisular, y el cirujano debe asegurarse de que todo el testículo se encuentra en posición distal al área pinzada. Se coloca una ligadura circunferencial (ligadura en masa) alrededor de la túnica vaginal, en la base del pedículo, usando sutura absorbible 3-0/4-0, seguido distalmente por una ligadura por transfixión (fig. 7). Ambas ligaduras deben ser ajustadas para evitar el sangrado postquirúrgico, y se las deben colocar proximal a la pinza. Se recomienda el uso de material absorbible que será degradado por hidrólisis, ya que producen menos reacción tisular. Luego se secciona el testículo distal a ambas ligaduras (fig. 8) y el pedículo remanente es liberado, retrayéndose hacia el canal inguinal. La incisión cutánea puede ser dejada abierta, sólo afrontando durante unos segundos los bordes, o se los puede unir con pegamentos tisulares (fig. 9). En la experiencia del autor, la herida cicatriza con rapidez cuando se las deja abiertas. Se contraindica suturar la piel escrotal porque esto puede fomentar la automutilación. El procedimiento es repetido para el otro testículo usando una incisión cutánea independiente (Jenkins, 2012).


Técnica abierta-cerrada

Este procedimiento es una castración abierta con el cierre del anillo inguinal. El procedimiento comienza de manera similar al descripto para la técnica cerrada, pero después de incidir la piel y separar parcialmente la túnica vaginal de la piel, la túnica es incidida con bisturí (fig. 10) y así se exteriorizan el testículo y las estructuras asociadas (fig. 11). Se identifican al pedículo vascular testicular y al conducto deferente (fig.12). Hay que desgarrar el ligamento de la cola del epidídimo usando los dedos o disección roma (figs. 13 y 14) y el cordón espermático y los vasos sanguíneos son ligados por separado, usando material absorbible 3-0/4-0 o “clips” vasculares (figs. 14 y 15). Tanto el cordón espermático como los vasos sanguíneos son seccionados distal a las ligaduras y el testículo es así extraído; se controlan las ligaduras y se permite que el pedículo se retraiga dentro de la túnica vaginal (fig. 16). Luego, el exceso de la túnica vaginal es extraído (fig. 17) y cerrado con material de sutura absorbible 3-0/4-0, con un patrón simple continuo, simple separado o en cruz (fig. 18). La reducción del tamaño de la túnica de esta forma evita la herniación de contenido abdominal hacia el saco escrotal remanente. El cierre de la piel es igual al de la castración cerrada. El procedimiento se repite para el testículo remanente.





Técnica preescrotal

Como alternativa, se pueden remover ambos testículos a través de una sola incisión preescrotal (similar a la técnica usada en los perros), ya sea usando la técnica cerrada o la abierta. Se hace una incisión medial y craneal al hemiescroto y ambos testículos son extraídos a través de la misma incisión preescrotal. El tejido subcutáneo es disecado por técnica roma y así se expone el proceso vaginal (Duhamelle y col, 2018). Luego se continúa con los pasos previamente descritos y la incisión es cerrada con 2-3 puntos simples separados.

Comparación de técnicas

Cerrada versus abierta-cerrada

Si bien la técnica cerrada es un procedimiento simple, en la opinión del autor tiende a producir más complicaciones que la abierta-cerrada. La castración cerrada tiende a ser más dolorosa para los conejos (reaccionan más durante la anestesia), produce más inflamación postquirúrgica (posiblemente por la disección de la túnica separándola de la piel escrotal) y, en ocasiones, ocurre una hemorragia durante la recuperación si las ligaduras se aflojan o no han sido ajustadas lo suficiente sobre el muñón. La duración del procedimiento es similar entre ambas técnicas. Este autor pone a la técnica abierta-cerrada por encima de la cerrada por las razones explicadas. También se ha descrito una técnica intermedia entre la cerrada y la abierta-cerrada: la túnica es incidida y el testículo exteriorizado, pero la ligadura del pedículo se hace sobre la túnica (abrazando a la túnica, el conducto deferente y los vasos) (Harcourt-Brown, 2014). Como alternativa, algunos autores recomiendan la castración abierta, a los efectos de reducir el tiempo quirúrgico y sobre la base del hecho de que las hernias inguinales son poco frecuentes en los conejos (Duhamelle y col, 2018); sin embargo, en la opinión del autor, el cierre de la túnica es aún el estándar dorado para evitar cualquier riesgo de hernia inguinal.

Preescrotal versus escrotal

Los resultados preliminares con un pequeño número de animales han mostrado que la técnica preescrotal puede ser más rápida e induce menos complicaciones que la técnica escrotal. Sin embargo, este estudio fue realizado
usando una técnica abierta (Duhamelle y col, 2018).

Cuidados posteriores

Inmediatamente después de la recuperación, los conejos deben ser mantenidos separados de sus compañeros de jaula, para evitar posibles interferencias con el sitio quirúrgico. El conejo debe ser observado durante varias horas después de la cirugía por posibles hemorragias, en particular con las castraciones cerradas (Jenkins, 2012). La temperatura rectal y el sitio de la herida deben ser controlados regularmente hasta que el conejo esté listo para ser enviado a la casa, y se le debe proveer alimentación asistida y fluidoterapia si fuese necesario. Los conejos suelen ser enviados a la casa 6-24 horas después de la cirugía, cuando ya están normotérmicos, comen por sí solos y están defecando. Hay que evitar la presentación de dolor y éstasis intestinal continuando con el uso de analgésicos y procinéticos durante 3-5 días posteriores a la cirugía. Los conejos pueden permanecer fértiles durante 3 a 8 semanas después de la castración (el tiempo mencionado varía con la fuente bibliográfica) por lo que el contacto con hembras enteras debe ser evitado durante ese lapso. 
Más allá de las complicaciones antes mencionadas (principalmente para la técnica cerrada), en ocasiones se pueden desarrollar hematomas y abscesos usando cualquiera de las técnicas y deben recibir el tratamiento apropiado, aunque los hematomas, en general, se resuelven solos. Además, es posible colocar las ligaduras a través del testículo en sí, no haciendo una extracción total del mismo; esto podría hacer que el conejo mantenga su fertilidad.


Ovariohisterectomía

Razones para esta cirugía

La ovariohisterectomía en las conejas se usa para:

  • Tratamiento y prevención de patologías uterinas (adenocarcinoma y otras neoplasias uterinas, neoplasias mamarias, aneurismas venosos endometriales, hiperplasia uterina, piómetra, hidrómetra, torsión, ruptura, etc.)
  • Tratamiento y prevención de problemas de conducta o conductas no deseadas (agresiones territoriales, conductas sexuales, marcación territorial, falsa preñez, arrancamiento del pelo, realización de nido). Los efectos sobre la reducción de conductas no deseadas no son tan importantes como lo visto en las castraciones de los machos.
  • Prevención de la preñez.
  • Con menos frecuencia, para dar fin a la preñez o a una pseudopreñez.
  • La ovariohisterectomía puede también facilitar la formación de lazos.

Anatomía y fisiología

La madurez sexual en las conejas ocurre a los 4-8 meses de edad; puede ser modificado por el tamaño y la velocidad de crecimiento, y las razas más grandes alcanzan la madurez sexual a una edad más tardía que las razas pequeñas (Donnelly, 2004). La ovariohisterectomía rutinaria es realizada, por lo general, entre los 5 y los 8 meses de edad, pero también puede ser llevada a cabo más tarde. Sin embargo, a medida que la coneja crece, acumulan cantidades significativas de grasa en el mesometrio, lo que puede complicar el procedimiento quirúrgico, ya que los vasos se encuentran embebidos dentro de la grasa del ligamento ancho del útero. Además, la incidencia de adenocarcinoma uterino (y probablemente de otras patologías uterinas) aumenta con la edad. Las conejas obesas deben perder peso antes de la cirugía (Harcourt-Brown, 2014). Obsérvese que las conejas jóvenes pueden ser difíciles de sexar, en particular por parte de veterinarios y propietarios sin experiencia, o cuando no hay un macho para poder comparar.

Preparación

La hembra anestesiada es colocada en decúbito dorsal con el abdomen tricotomizado desde la pelvis hasta el esternón aunque los cirujanos experimentados pueden realizar incisiones más pequeñas y, por lo tanto, necesitarán una tricotomía más pequeña. Los pelos de los conejos suelen trabar a las cuchillas de la máquina peladora y, por lo tanto, la inversión en un equipo de máquina y peladora de alta calidad es una buena decisión. Hacer deslizar la peladora lentamente a través del manto piloso puede evitar las trabadas de la cuchilla. Hay que tener cuidado de no traumatizar los pezones de la coneja durante la tricotomía. El uso excesivo de desinfectantes para la piel (por ej., la clorhexidina) puede aumentar el riesgo de hipotermia (Harcourt-Brown,2014). La palpación de la vejiga y la compresión manual si está llena de orina puede facilitar la cirugía pero, al mismo tiempo, puede llenar el fondo de la vagina con orina y así aumentar el riesgo de contaminación de la cavidad peritoneal durante la cirugía uterina (Jenkins, 2012). Este autor recomienda vaciar la vejiga (previo a la cirugía por expresión manual o intraquirúrgicamente mediante una cistocentesis con aguja 27G y jeringa) ya que esto facilita el procedimiento quirúrgico. Los miembros pueden ser atados a la camilla para una mejor exposición del sitio quirúrgico. Se prefiere el uso de paños transparentes ya que ellos permiten que el anestesista pueda observar los movimientos respiratorios (Harcourt-Brown, 2014). Si la ventilación no es apoyada con un ventilador mecánico, el uso de paños plásticos se hace más importante.

Técnica quirúrgica

Se hace una incisión cutánea por línea media, de 2-5 cm de largo, a mitad de camino entre el ombligo y la entrada de la pelvis, usando una hoja de bisturí. Aún en hembras obesas, tienden a acumular grasa dentro del abdomen y menos en el espacio subcutáneo. Se identifica la línea alba, los músculos abdominales son elevados con pinzas de mano izquierda y se incide la pared corporal ya sea con el bisturí, radiocirugía o láser. Hay que tener cuidado para evitar la delgada pared del ciego, la cual, a menudo, está presionando contra la cara interna de la pared abdominal en esta posición (Jenkins, 2012). Incidir el ciego con la consecuente filtración de contenido cecal hacia el abdomen es una grave complicación. La incisión en la pared abdominal puede ser extendida con tijeras, si fuese necesario. El útero es fácil de identificar como una estructura rosada con dos cuernos tubulares y una vagina plana. En la mayoría de los casos, el depósito de grasa en el mesometrio también facilita el hallazgo del útero (fig. 19). Las hembras inmaduras tienen cuernos uterinos y ovarios pequeños, los cuales pueden ser difíciles de localizar (Harcourt-Brown, 2014). Cualquier tejido u órgano abdominal debe ser manejado con suavidad, ya que los conejos están predispuestos al desarrollo de adherencias postquirúrgicas, las que pueden conducir a dolor crónico. Los ganchos de castración no son necesarios y pueden traumatizar a los tejidos (Jenkins, 2012). 

Los ovarios se localizan en el extremo de cada cuerno uterino (fig. 20). Son pequeños, elongados y pálidos, que se sienten sólidos a la palpación, en comparación con la grasa y los ligamentos adyacentes. Dependiendo de la cantidad de depósito de grasa, los pedículos vasculares se pueden identificar con mayor o menor facilidad. Hay que manejar todas estas estructuras con delicadeza, sosteniendo el ligamento ovárico craneal y no al ovario en sí mismo, ya que es una estructura friable y tanto el ovario como el pedículo vascular pueden desgarrarse si no se tiene cuidado. Hay que crear una ventana en el mesometrio (usando los dedos o las puntas de las pinzas o tijeras romas), junto al pedículo ovárico, el cual debe ser ligado usando material de sutura o clips vasculares (fig. 21). El uso de material absorbible moderno de pequeño calibre (3/0 a 5/0) (por ej., polidioxanona, poliglactina 910 o  poliglecaprona) con aguja es satisfactorio para reducir la incidencia de adherencias (Harcourt-Brown, 2014). El ligamento ovárico craneal puede ser desgarrado o incluido en la sutura; si la grasa no permite una apropiada identificación del pedículo vascular, es mejor incluir a este ligamento en la ligadura. Está contraindicado hacer ligaduras excesivamente ajustadas por que esto aumenta el riesgo de adherencias (Harcourt-Brown, 2014). Las trompas de Falopio delgadas y tortuosas deben ser apropiadamente diferenciadas del pedículo vascular. Por lo general, no es necesario colocar doble ligadura alrededor de los pedículos. No suele haber suficiente espacio para emplear la técnica de las tres pinzas tal como se hace en la perra, pero se pueden usar una o dos pinzas para sostener con suavidad el pedículo y así facilitar su ligadura. El uso excesivo de pinzas o la colocación de las pinzas muy ajustadas en esta área delicada traumatizará al tejido, lo seccionará o facilitará futuras adherencias; cualquier área traumatizada debe ser eliminada junto con el ovario y el útero y no debe ser dejada dentro de la coneja. Hay que inspeccionar el muñón en busca de hemorragia antes de soltarlo dentro del abdomen. Los vasos del mesometrio deben también ser identificados y ligados por debajo del nivel del cérvix, creando una o dos ventanas adicionales en el mesometrio, como se describe para el pedículo ovárico. Estos vasos son difíciles de visualizar en las conejas viejas o gordas.

Las conejas tienen un útero bicorne y cada cuerno se dirige a un cuello uterino independiente uno del otro (fig. 22). No hay cuerpo uterino. El útero puede ser extraído a un nivel proximal o caudal a los cuellos uterinos, pero se debe dejar la mayor cantidad de vagina posible para evitar el compromiso de los uréteres y permitir una micción normal. Se debe tener en cuenta que la vagina se llena con orina cuando la vejiga es vaciada (Harcourt-Brown, 2014). Cuando existe una neoplasia uterina, es preferible realizar una excisión caudal a los cuellos uterinos, como muestra la figura 22. Se usa una doble ligadura (ligadura en masa y otra por transfixión) (fig. 23). La ligadura por transfixión debe ser colocada craneal a la ligadura en masa, para evitar el riesgo de punzar cualquier vaso que se localice dentro de la porción del útero remanente. El útero es seccionado y el muñón es sellado con una sutura continua de inversión, usando material monofilamento absorbible 3/0 o 4/0; es importante evitar que cualquier parte de la mucosa quede en contacto con los órganos abdominales, ya que esto facilitaría las adherencias. El lavado del abdomen con solución salina estéril puede ayudar a reducir la incidencia de adherencias aunque no es un procedimiento que se usa con frecuencia en la práctica. 

Se puede hacer una sutura simple separada o continua para la síntesis de la pared abdominal, usando material absorbible 2/0 o 3/0. La piel es suturada mediante una técnica intradérmica o subcuticular, con un patrón continuo, usando material absorbible (por ej., sutura subcuticular con nudo escondido de Aberdeen) (Richardson y Flecknell, 2006). Cualquier brecha que quede, puede ser cerrada con pegamento tisular. Las suturas que queden visibles pueden ser masticadas por la coneja, en particular si la línea de sutura provoca incomodidad. Los agrafes quirúrgicos también pueden ser usados en las conejas para la síntesis cutánea; se colocan rápidamente y es difícil que el paciente los saque, aunque algunas conejas también los pueden masticar después de la cirugía. El uso de collares isabelinos no es satisfactorio y provoca estrés en los conejos (Harcourt-Brown, 2014).

Técnicas endoscópicas

La ovariectomía o la ovariohisterectomía endoscópica o asistida por endoscopia también ha sido descrita en conejos (Divers, 2015; Coleman y col, 2018). Este autor no aconseja, en la actualidad, estas técnicas endoscópicas ya que son técnicamente demandantes, requieren equipamiento especializado, más personal y aumenta significativamente los costos para los propietarios y, además, este autor no ha visto una reducción en el número de complicaciones cuando se la compara con la técnica quirúrgica tradicional. Sin embargo, las técnicas endoscópicas reducen la inflamación, el estrés quirúrgico (Chaniotakis y col, 2018) y, supuestamente, el dolor en la coneja.

Cuidados posteriores

Se debe proveer analgesia durante, al menos, 3-5 días, en combinación con un tratamiento apropiado para evitar el éstasis intestinal. Hay que observar que el meloxicam necesita ser combinado con opioides durante, al menos, 4 días para proveer una adecuada analgesia postquirúrgica en conejos (Leach y col, 2009). Como en cualquier otra cirugía, la analgesia preventiva (sistémica y local) es lo máximo para un mejor control/prevención del dolor. Algunos conejos están inapetentes durante 12-36 horas después de la castración y, en estos casos, se debe comenzar con alimentación asistida. Hay que controlar a estos animales dentro de los 5 días (como máximo) y es necesario limitar el ejercicio (en particular los saltos) durante este tiempo. Es poco frecuente la presentación de complicaciones, como hemorragias, pero puede haber pérdida de sangre intraquirúrgica a nivel de los muñones ováricos; en este caso, la coneja puede perder 5-6 ml/kg de sangre y puede desarrollar un shock hipovolémico si la pérdida supera a 10-15 ml/kg (Harcourt-Brown, 2014). Pueden ocurrir adherencias y necrosis grasa debido a una mala técnica quirúrgica, como manejo grosero del tejido o la presencia de material de sutura; éstas pueden ser clínicamente silentes o desarrollar problemas con el tiempo (éstasis gastrointestinal, molestias abdominales a la palpación, etc.); se puede necesitar realizar una cirugía para resolver este problema. La necrosis grasa ocurre alrededor de las ligaduras colocadas en el ligamento ancho (Harcourt-Brown, 2014). Como los conejos están predispuestos a desarrollar adherencias después de una cirugía, es importante desarrollar una técnica quirúrgica suave con mínimo manejo de los tejidos y se debe evitar el uso de guantes con talco o la colocación de material de ligadura de grueso calibre (Harcourt-Brown, 2014). Se ha descrito el uso de verapamilo (0,2 mg/kg SC cada 8hs, 9 dosis) para evitar las adherencias en situaciones en las que es probable que se desarrollen (por ej., ovariohisterectomía, extracción de abscesos abdominales, cirugía de intestino grueso); este tratamiento rara vez es usado en la práctica diaria. Se están investigando tratamientos con otras drogas y podrían ser populares en un futuro cercano (Bouliaris y col, 2019; Cheng y col, 2019).


Alternativas a la orquiectomía y a la ovariohisterectomía

La supresión farmacológica de la fertilidad se ha logrado en algunos machos y hembras usando implantes subcutáneos de 4,7 mg de deslorelina. El efecto es visto después de 2 semanas de colocado el implante y dura alrededor de 6 meses aunque no se logra una eficacia del 100%, en particular en los machos (Risi, 2014; Goericke-Pesch y col, 2015). Geyer y colo (2016) describió que la supresión farmacológica de la fertilidad en conejas es segura, efectiva y reversible, pero se observó que la progresión de la patología uterina no es evitada por los implantes. 
La vasectomía ha sido descrita en conejos de investigación, pero es técnicamente difícil y no es una técnica usada en la práctica diaria. En las conejas, también se ha aconsejado el uso de la ovariectomía, pero su uso en la práctica diaria no es aún frecuente.


Puntos clave

  • La castración de los conejos es una técnica quirúrgica de rutina que es relativamente fácil para aprender y realizar.
  • El veterinario debe discutir con el propietario, antes de la cirugía, asuntos éticos y de bienestar, las expectativas del cliente y las opciones alternativas.
  • La castración es un procedimiento simple, con pocas complicaciones si el anillo inguinal está cerrado.
  • Las complicaciones de la ovariohisterectomía pueden estar relacionadas con el acúmulo de grasa en el mesometrio y con la friabilidad de los tejidos.
  • Las técnicas alternativas a la castración quirúrgica no son actualmente populares en la práctica diaria.


Conclusiones

La castración quirúrgica es y continuará siendo un procedimiento común en la medicina del conejo moderno, ya que las técnicas alternativas, como la cirugía endoscópica, la vasectomía o la castración química no están aún desarrolladas en forma apropiada. Hay que preguntarle a los propietarios acerca de sus razones para solicitar la castración y los veterinarios deben proveerles información que facilite una decisión informada con la comprensión de las consideraciones éticas y los posibles resultados. El apropiado conocimiento de las diferentes técnicas quirúrgicas es lo máximo para reducir el riesgo y el dolor en los conejos.


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